Con una inspirada tarde de su delantero, San Martín derrotó a Independiente por 3 a 0. El primer tiempo careció de situaciones de peligro, pero en el complemento llegaron las grandes emociones. En el “santo”, Leone y Quinteros se retiraron lesionados.“Rolfi” Montenegro erró un penal.
San Martín logró un importantísimo triunfo en su lucha por permanecer en la máxima categoría del fútbol argentino. En ésta oportunidad, venció como local a Independiente por 3 a 0, con tres tantos de su reciente incorporación, Cristián Canío.
San Martín logró un importantísimo triunfo en su lucha por permanecer en la máxima categoría del fútbol argentino. En ésta oportunidad, venció como local a Independiente por 3 a 0, con tres tantos de su reciente incorporación, Cristián Canío.
El primer tiempo fue muy mal jugado por ambos. Sólo los “santos” lograron inquietar en dos ocasiones el arco defendido por Fabián Asman. Por el lado de los visitantes, Daniel Montenegro no lograba hacerse de la pelota y, por lo tanto, los “rojos” no complicaban a la defensa “rojiblanca”.
El segundo tiempo llegó cargado de emociones. Al minuto Canío abrió el marcador. El gol le dio mucha tranquilidad al equipo de Carlos Roldán. En las tribunas empezaba a escucharse: “chileno…chileno”.
A los 16, el chileno volvió a convertir con un potente remate que dejó sin respuestas a Asman. Luego, Independiente intentó revertir el resultado, pero no sabía cómo.
A los 32, los de Avellaneda tuvieron la chance de descontar. Un penal inexistente de Matías Villavicencio a Federico Higuaín fue desperdiciado por Montenegro, quien mandó la pelota a los carteles.
Para el cierre llegó lo mejor. Una jugada soñada terminó con el tercer tanto de Canío que recibió una vez más el afecto de su público.
Las lesiones de Marcelo Quinteros y Ramiro Leone fueron la única noticia negativa para San Martín. El resto fue pura alegría: victoria después de 10 partidos, las incorporaciones empiezan a dar resultados y el equipo logró salir del descenso directo ubicándose en zona de promoción. LA GACETA ©
